lunes, mayo 01, 2006

Asesino Frío

¡Sargento baje el arma!- gritó el doctor Clive Tisley con voz enérgica, al tiempo que su boca arrojaba una densa niebla -no es la forma correcta de obtener la información-. El sargento asintió y bajó lentamente su pistola 9mm, observando de reojo el cadáver del dueño de la paletería, Charles Ding, tirado en el piso. Los habían capturado in fraganti dentro de la escena del crimen.

Los dos sospechosos temblaban y miraban con ojos desorbitados al sargento Patterson cediendo ante las palabras recias del señor Tisley; siendo que éste último ni si quiera era policía. Sólo existe una forma de saber quién cometió el crimen,- dijo ya más sereno Tisley -y es analizando en estos momentos la escena del crimen-. El sargento no le quitaba los ojos de encima a los dos presuntos culpables, sacó de su cinturón un pequeño radio, presionó un botón y de su boca emergió un número clave entendible sólo para aquellos pertenecientes a los cuerpos policíacos. De pronto un par de oficiales de características rechonchas entraron apretujadamente por la pequeña puerta blanca del cuarto frío; el sargento les hizo una seña con la mano y se dispusieron a esposar a los sospechosos con extrema cautela.

Hacía un frío tan sepulcral en la habitación de la Paletería Ding que se entumecía hasta la corteza cerebral, haciendo el trabajo analítico aún más difícil. Inclusive Tisley que era una persona muy observadora había pasado por alto la envoltura arrugada de una paleta posicionada cerca del cuerpo inerte de Charles Ding. A pocos pasos de ahí yacían los restos de una paleta de limón, la cual había sido mordisqueada hacía cuestión de minutos, a pesar de ello un pequeño trozo se mantenía adherido a su respectiva varita de madera, conjuntamente notó en el rostro de la victima indicios de una posible estrangulación. Parece que el criminal dejó un recuerdito- susurró Tisley para sí mismo, pero el frío llevó el sonido más allá de lo provisto y el sargento fijó su mirada en el descubrimiento; en su rostro se dibujó una expresión de enojo y fracaso. No podía creer que Tisley iba un paso delante de él.

Patterson le gruñó con ímpetu a los uniformados -¡llévenselos de aquí y también háblenle a los peritos para que revisen el lugar!-. No es necesario tanto alboroto sargento Patterson, el aire frío nos dará la respuesta a lo que buscamos- dijo Tisley con voz llena de confianza y expulsando de su boca una cortina blanca que se deshizo lentamente en el ambiente. Los policías que empujaban a los presuntos criminales se detuvieron y siguieron con oídos atentos la discusión.

El sargento lo miró con incredulidad e inquirió a manera de burla al mismo tiempo que de su boca emanaba una densa nubosidad a causa del frío -¿Así que usted me está diciendo que el frío será nuestro aliado en este caso?-.
Sí, -respondió Tisley con cara de vencedor- sólo hacen falta unas cuantas palabras de los sospechosos, y sabremos si es Derek Howard o John Stevenson el culpable.

¿Por qué hizo Tisley esta aseveración?

5 comentarios:

Alejandra Meza dijo...

Uno de los sospechosos era extraterrestre, y su saliva era verde.... tonces.. por eso... no?? jeje....no se

que alguien adivine!.. ya!

Anónimo dijo...

jajajaja ke asko ..saliva verdeee!!

Alejandra Meza dijo...

oie ya paso mucho tiempo.. y no has desentrañado el misterio...

exijo una respuesta....

pronto!!

La Sombra dijo...

Me permitiré responder por mi compañero... señorita Alejandra, sentimos mucho que no posea la capacidad para descifrar el acertijo, pero usted no puede venir a este blogg a "exigir" nada... jajajajaja, no es verdad... yo te apoyo, QUE NOS DIGA QUÉ PASÓ!!!

Celin dijo...

El asesino se acababa de comer una paleta de limón y, al ser interrogados los presuntos criminales, la lengua del culpable estaría adormecida aún y se notaría en su pronunciación...