jueves, abril 02, 2009

Muerte

Estaba sentada en su sofá recordando, de pronto tocan la puerta, el momento más esperado de su vida. Pensó que por fin él la había extrañado, era por eso que él estaba ahí buscándola.
De inmediato se levantó, abrió la puerta con la más dulce sonrisa jamás vista y con un resplandor genuino en sus ojos, no era él, era ella y antes de que dijera algo, pasó y se sentó en su sofá, mientras ella la veía inmóvil.
-Si, soy la muerte, no me veas como si no me conocieras.
-Oye, pero ¿qué te pasa? no puedes venir así a mi casa de la nada y llevarme, te equivocaste, acéptalo al menos esta vez.
-No, y vale más que ya estés lista, porque traigo el tiempo medido, tengo otros condenados que me esperan.
Ja! bueno no me esperan, pero ya se tienen que ir.
Ella aterrada, aceptó, pensó que ya no tenía caso discutir si ya se había decidido.
La mañana siguiente ella despertó, abrió los ojos y regaló al mundo un suspiro, el cual interrumpió para decir: “si yo morí, ¿qué hago aquí?”.
Entonces entendió, la noche anterior murió con el recuerdo del hombre al que amaba y renació para empezar de nuevo.