miércoles, marzo 29, 2006

Este es un cuento... no tiene nombre pero es lo que menos importa.
CENSURADO
Un CRIMEN no leerlo

“Raskolnikov se ahogaba, por un momento consideró la posibilidad de marcharse como había llegado, pero dominó ese impulso y se puso a escuchar: un silencio de muerte reinaba en el departamento de la usurera.

Una vez más aguzó el oído para ver si percibía algún rumor en la escalera… Luego lanzó una última ojeada a su alrededor y tomó sus disposiciones, enderezando de nuevo el mango del hacha. “­¿No estaré demasiado pálido? –pensó con agitación-. La vieja es desconfiada… Talvez sería mejor esperar a que mi corazón se calmara…

Pero su corazón no se calmaba. Por el contrario, latía cada vez con mayor fuerza…, Al cabo de un minuto oyó que descorrían el cerrojo.”


Lo anterior es un pequeño extracto de la obra maestra "Crimen y Castigo" del escritor ruso Fedor Mijailovitch Dostoievsky, un verdadero clásico de la literatura universal. Dostoiesky fue un hombre que lidió durante su existencia con la pobreza, soledad y la adicción a los juegos de azar. Su novela “El Jugador” escrita en primera persona, se podría decir que cuenta con datos autobiográficos, ya que en ella describe parte del ambiente de su vida, la de un hombre solitario y atraído apasionadamente por la ruleta y otros pasatiempos donde se inmiscuye la suerte y el capital. La realidad es que la mayoría de sus obras están basadas en hechos reales que marcaron su vida y que aparecen constantemente en nuestro haber.

Crimen y Castigo es un libro magnífico y profundo, que narra la historia de Rodion Raskolnikov, un joven pobre que habita en un departamento de renta. Al sentirse movido por el odio y su interpretación de “justicia”, asesina a una vieja usurera, para después ser consumido por el arrepentimiento. Ésta es precisamente la premisa del libro, la dualidad inseparable que forman el crimen y el castigo, uno de la mano del otro. Pero no será la policía la encargada de convertirse en su Némesis, sino su mente, su conciencia, eso que te dice que aquello que hiciste está mal, que no te deja en paz, asfixiándote en la culpa.

Lo interesante de esta obra es que realmente te adentra en los pensamientos de arrepentimiento, paranoia y temor que toman parte durante los momentos de crisis del personaje. Con el paso del tiempo, Rodion, (a pesar de haber sido cuidadoso a la hora de haber cometido el homicidio), es acosado constantemente por ideas que saturan su imaginación, haciéndole creer que los demás personajes conocen que el perpetró el homicidio, por ello se hunde totalmente en la locura y en la alucinación. La constante batalla entre la razón y Raskolnikov, se transforma en una prosa plagada de grandiosos diálogos y pugnas internas.

Varias noches tuve sueños extraños donde albergaba el sentir de Rodion y por tanto me sentía tenso al despertar. Son estos libros los que realmente valen la pena, aquellos en los que el autor destruye la barrera entre los personajes, la historia y el lector, haciendo que el todo reaccione en conjunto.

Para todos aquellos que no lo han leído, espero que su mente los atormente y les haga ver lo que se están perdiendo, su conciencia los obligará a ojearlo y sólo así se darán cuenta que es un crimen no leerlo.

lunes, marzo 06, 2006

Besos
Aquellos besos eran peculiares por la intensidad con la que se desperdiciaron. Tanta euforia, tanta pasión y sin huellas de amor o cariño. A veces, casi siempre prefiero soñar el sabor, que recordar una sensación que no causa efecto en mí.
Sin amor no deberían haber besos y sin besos no debería haber amor ¿de qué me sirve amarte si tus labios son prohibidos? o ¿de qué me sirve haber sentido otros sin haber amado?.
He puesto miles de disfraces a mis labios; diferentes colores, texturas variadas e infinidad de sabores para que tu boca los sueñe y elija el mejor matiz. Nada ha funcionado pues no es tu boca la que decide sino tu conciencia; y me ha dicho que no es el disfraz sino el lugar el que no he cambiado.