jueves, septiembre 16, 2010

...Sé bien


Sé bien que aunque encuentre la exactitud de la sutileza, la suavidad en lo áspero o la ilusión entre la desilusión, incluso así… al liberar las palabras que tengo aprisionadas en mis labios se desvanecerá parte de mi y de ti.
He viajado a la complejidad de nuestra relación, he revivido los miles de momentos que me has evocado una sonrisa, una lágrima o una mueca; con o sin intención… y no importa el fragmento que tome de esta historia, el punto final siempre es el mismo: me haces más daño que bien.
Te quiero… te quiero más de lo que habría querido, más de lo que he podido incluso… y es triste no tener nada más que dar, pero sé bien que en el amor en el que te envolví no hubo mermas.
Cariño, sé bien que esto no te importará, que no dolerá, que soy perfectamente suplantable… aún así, desde la distancia yo procuraré tu bienestar, rogaré a Dios por tu felicidad y estaré lista para ti, si algún día me necesitas o en el mejor de los casos… me llegas a extrañar.
Sé bien que esto no fue amor, tal vez ni una relación… sólo fue el encuentro a destiempo de dos almas congénitas, o así lo percibieron mis distorsionados sentimientos.
Mi vida, como te llamaré por última vez con la posibilidad de revocar la decisión… nuestro tiempo caducó y aunque supongo que es normal, no me duele menos. Duele igual.
Ahora sí, antes de firmar… quiero asentar en mi acta de defunción que hasta el momento de mi muerte, nunca dejé de quererte hasta con la última de mis entrañas.