lunes, enero 30, 2006

El Origen De enero

Año 49 d. C, un estallido ensordecedor proveniente del monte Vesubio cruzó por el aire, el día se esfumó al mismo tiempo que la montaña se partía en mil pedazos, un mar de cenizas y rocas surcaron el cielo sepultando consigo a la ciudad de Pompeya. Cuatrocientos veintisiete años más tarde el Imperio Romano sucumbiría ya no ante la naturaleza, sino frente a los seres humanos, los bárbaros.

Así es como pasan los años y las cosas se olvidan o yacen sepultadas si no las buscamos, por ello me dedique a investigar un poco de información que no está de más conocer referente al origen de la palabra enero. Ahora que estamos iniciando el año es conveniente recordar una de las tantas cosas que plasmaron los romanos en nuestra historia, además de sus fascinantes conocimientos arquitectónicos como acueductos y el Coliseo; nos legaron el nombre del primer mes de nuestro calendario, el mes de enero.

Se preguntarán entonces ¿enero era cómo nombraban al primer mes del año los romanos?, pues en un inicio no, ya que ellos sólo contaban con 10 meses, de los cuales enero y febrero no tomaban parte, por tanto marzo (Martivs) era el mes que daba inicio al calendario. Durante el reinado de Numa Pompilio, se agregaron a los 10 meses ya existentes dos más, enero (Ianvarivs) y febrero (Febrvarivs). Fue entonces cuando enero fue propiamente el primer mes del año.

Ianvarivs fue dedicado al dios romano Jano, quien se caracteriza por tener de perfil dos caras mirando hacia lados opuestos. Jano era el dios de los comienzos y de los finales, es por ello que le fue otorgado este honor.

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:
enero.
(Del lat. vulg. ienuarĭus, lat. ianuarĭus).
1.m. Primer mes del año. Tiene 31 días.

La palabra fue evolucionando hasta convertirse en January para los anglosajones y en enero para los hispanohablantes.

Por último, fue durante las Guerras Púnicas que el Imperio Romano llegó hasta tierras lusitanas, de ahí surgió una gran mezcla cultural que culminó con la inserción de palabras en latín, al idioma portugués. Una ciudad debe su nombre a aquella amalgama de vocablos y a la posterior evolución de la lengua; porque fue durante el primer mes del año 1502 cuando los portugueses divisaron la costa brasileña y al confundir la bahía carioca con la desembocadura de un río, la llamaron Río de Janeiro, que significa Río de Enero.